Alrededor de los años 50, San Isidro se empezó a caracterizar como una zona financiera y comercial, debido a su ubicación estratégica dentro del área central metropolitana, y también operaba como un lugar de coordinación, control y servicio para el capital global.
En la zona empresarial y comercial de este distrito se ubican las sedes de los principales bancos y empresas. El desarrollo y progreso de la actividad privada se logró con el tiempo gracias a la ubicación, amplias vías de acceso y la seguridad que hay en el distrito.